Chávez busca votos en la base católica cristiana

Teólogos de la liberación se identifican con el socialismo del siglo XXI. Hugo Chávez invita a revisar la Biblia con mirada revolucionaria. El PSUV recibe a sacerdotes de la Teología de la Liberación. Conferencia Episcopal Venezolana advirtió que no dividirán a la Iglesia

Foto referencial cortesía sencamer.gob.ve

Por Maru Morales P.  | @morapin
Publicado en El Nacional impreso el 02 de mayo de 2011


Las comunidades eclesiales de base ­núcleo de trabajo social de los teólogos de la liberación­ son el nuevo foco de atención del presidente Chávez en su búsqueda de votos para las elecciones de 2012. Ahora, Jesús de Nazareth no sólo es socialista, según su visión del mundo, sino que, además, está del lado de la revolución. 

"Nuestra revolución hoy es profundamente cristiana. Hago un llamado a los cristianos para que discutan y no se dejen manipular. ¿Cristo capitalista, apoyando a los burgueses y al imperio? ¿Cuándo, dónde? El único Cristo es el que está con nosotros, apoyando a los pobres y llamando a los ricos a la paz. Ese es uno de los ejes fundamentales del proyecto bolivariano", dijo Chávez el pasado Domingo de Ramos, durante una misa ecuménica oficiada en el paseo Los Próceres, en Caracas. 

Las declaraciones no pasarían de ser sólo eso si no se produjeran en un contexto de acciones políticas más amplios: a finales de marzo, el coordinador de alianzas del PSUV y comisionado presidencial para la reconstitución del Polo Patriótico, Fernando Soto, se reunió con sacerdotes y laicos de la Teología de la Liberación. Días más tarde, manifestó en una entrevista que la principal coincidencia entre ellos es la preocupación por los pobres. 

A mediados de abril, directivos y trabajadores de la Alcaldía de Vargas dejaron sus oficinas un jueves por la tarde para participar en el foro La Teología de la Liberación y el Socialismo. Los párrocos Numa Molina (San Francisco) y Pablo Urquiaga (Caricuao) explicaron las similitudes entre la corriente religiosa católica y la ideología política marxista. "La religión no escapa del debate político, y la Iglesia tampoco", dijo el alcalde Alexis Toledo cuando comenzó el encuentro. 

Entre comillas

El segundo vicepresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, monseñor Roberto Lückert, indicó que la razón de tales llamados y encuentros es obvia: "Estamos en campaña electoral. El Presidente siempre ha manifestado su religiosidad, aunque no siempre actúa en consecuencia. Es inconcebible que un gobierno que se dice socialista entre comillas tenga 1.401 presos hacinados en la cárcel de Coro y haya permitido sin inmutarse que más de 40 enfermeros estuviesen en huelga de hambre". 

Pero los sacerdotes identificados con la Teología de la Liberación (TL) se deslindan de vinculaciones partidistas y destacaron los logros sociales: "No somos ni del PSUV ni del Polo Patriótico, pero el socialismo que queremos construir en Venezuela se acerca mucho más al ideal cristiano que el sistema capitalista, y ante eso no vamos a callarnos", asevera Urquiaga. 

El párroco de Caricuao afirmó que las misiones sociales evidencian las coincidencias: "Con el Plan Bolívar 2000 lo militares se metieron en los barrios no para masacrar, sino para ayudar. Los médicos de Barrio Adentro duermen con la gente. Una sacristana que terminó la Misión Robinson llegó feliz un día a decirme: `Padre ahora puedo leer la Biblia’. A mí se me salieron las lágrimas". 

Aunque la Teología de la Liberación en Latinoamérica está asociada a momentos de opresión, en Venezuela se revitaliza bajo una gestión autodenominada del pueblo. Urquiaga también tiene una explicación para ello: "La TL no sólo busca una liberación política, sino también espiritual. Un pueblo lleno de vicios, superstición, brujería, alcoholismo, drogas no está liberado. Yo conozco muchos revolucionarios que roban, o se embriagan o maltratan a la esposa. Eso hay que corregirlo". 

Claro objetivo

Además de la búsqueda de votos, monseñor Lückert ve en el llamado presidencial otro elemento: "Lo que me preocupa es que estemos ante un nuevo intento de dividir a la Iglesia y crear una paralela, a espaldas de la jerarquía. Si eso es lo que se busca, no lo van a lograr, porque la gente entiende que nuestro papel, además de patear el barrio con ellos, es pedir respuestas concretas para la atención de los excluidos". 

Urquiaga sostuvo que los teólogos de la liberación no buscan una escisión de la Iglesia. "Nosotros reconocemos a la Conferencia Episcopal y pertenecemos a la estructura de la Iglesia; lo que promovemos es una relectura, una praxis de la palabra de Dios". 

Lückert lanzó una exhortación: "A los sacerdotes hay que decirles que abran los ojos. No podemos ser instrumentos inútiles de un proyecto político, llámenlo como sea ­Polo Patriótico, PSUV, movimiento bolivariano­ cuyo objetivo está clarito: la permanencia en el poder. Y a los creyentes quiero decirles que tenemos que despertar y reaccionar; el mensaje de Jesús es amor, comprensión, libertad e inclusión. Un régimen que excluye al que no sea rojo rojito no puede llamarse socialista ni mucho menos cristiano".

Sotana roja 

Los sacerdotes Numa Molina, Bruno Renault y Pablo Urquiaga, identificados con la Teología de la Liberación, no ocultan su simpatía por los programas sociales del gobierno del presidente Chávez. Se autodefinen como militantes cristianos, deslindados de cualquier militancia partidista, aunque abiertos al debate político. Sin embargo, no todos los teólogos de la liberación tienen la misma actitud. 

El padre Adolfo Rojas Jiménez ofició una misa en 2009 con motivo de los 17 años del golpe del 4 de febrero, donde reclamó que en las barriadas de Maracay sólo se veían afiches con la opción del "No" a la reforma de la Constitución: "¿Y dónde están los "Sí", donde los tienen escondidos? Si no los quieren hacer ustedes, dejen al pueblo que lo escriba con sangre, como Moisés". 

En su sermón-discurso, Rojas Jiménez instó a los presentes (entre ellos, el actual ministro de la Defensa, Carlos Mata, y el gobernador de Aragua, Rafael Isea) a estudiar el Manifiesto comunista de Carlos Marx para hablar con propiedad sobre el fracaso del socialismo real y determinar cuál es el socialismo que se quiere construir en Venezuela: "Este proceso revolucionario no tiene vuelta atrás, porque si las bocas se callan, como dijo Cristo, no son las piedras las que van a hablar: hablarán los fusiles y nosotros queremos una democracia en paz".

Algo de historia 

La Teología de la Liberación es una corriente dentro del cristianismo católico que se autodefine como "la opción por los pobres y la praxis de la fe". Para algunos teóricos su origen se remonta al siglo XVI cuando misioneros como Bartolomé de Las Casas se opusieron al maltrato contra los aborígenes latinoamericanos. En el siglo XX su figura emblemática fue monseñor Oscar Arnulfo Romero, arzobispo de San Salvador, que fue asesinado a tiros el 24 de marzo de 1980 mientras oficiaba una misa. 

En 1984 se divulgó la Primera Instrucción Vaticana sobre Teología de la Liberación. Desde la Sagrada Congregación de la Doctrina de la Fe, dirigida entonces por el cardenal Joseph Ratzinger, hoy Benedicto XVI, la Iglesia dijo que la finalidad del documento era atraer la atención de pastores, teólogos y fieles, "sobre las desviaciones y riesgos de desviación, ruinosos para la fe y para la vida cristiana, que implican ciertas formas de Teología de la Liberación que recurren, de modo insuficientemente crítico, a conceptos tomados de diversas corrientes del pensamiento marxista". 

En 1985 el teólogo peruano Gustavo Gutiérrez presentó su tesis doctoral sobre la Teología de la Liberación en Francia. En Venezuela, las comunidades eclesiales de base, núcleo de discusión de esta corriente cristina, se reúnen desde 1998 cada dos años. En agosto celebrarán en Barquisimeto el Quinto Encuentro Nacional de Comunidades de Base.


Foto cortesía www.sencamer.gob.ve


Nota: El texto precedente fue publicado en el diario El Nacional impreso el 02 de mayo de 2011

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