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Mostrando entradas de junio, 2011

Black out informativo origina rumores sobre salud del Presidente

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La escogencia de Cuba para la convalecencia  no fue al azar.  Analistas sostienen que sólo  en dictadura se oculta  la condición de salud  del jefe del Estado. Ilustración cortesía Mauricio Lemus Caracas. Parece una paradoja, pero no lo es: mientras critican y desmienten los rumores que han surgido en la opinión pública sobre qué le provocó un absceso pélvico al Presidente, los voceros del Ejecutivo se limitan a decir que el primer mandatario se recupera y no dan más detalles.  ¿De qué se recupera? ¿Por qué le salió un absceso? ¿Cuándo regresará a Venezuela? ¿Por qué le hicieron una biopsia? ¿Por qué el médico que operó al Presidente no ha ofrecido un informe de lo que encontró? ¿Qué medicamentos está tomando? ¿Podrá volver a su ritmo habitual de trabajo cuando supere este problema? Las preguntas podrían seguir hasta llenar la página, pero el Gobierno no ofrece ninguna respuesta clara, pese a que el Presidente lleva 22 días fuera del país y han transcurrido 17 días después

¿Cuánto cuesta un cupo en la UCV? Historias de Caracas en el Metro

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Dos mujeres morenas, visten jean y camisitas de algodón lavadas y vueltas a lavar. Se ven aseadas, maquilladas con sencillez, ambas de cabello crespo pero una lo llevaba estirado con secador. Foto cortesía Por Maru Morales P. -Con ese clima no se puede chama, dijeron que iba a llover -señaló la del cabello estirado. -¡Sí chica, qué va! -Una no puede secarse. Dígame yo con este pelo que me caen tres gotas de agua ¡y se esponja! -¿Mira y tú vas a trabajar mañana? (es el feriado del 24 de Junio) -No sé chama porque si no trabajo tengo que ir donde mi mamá y lo que hago allá es cachifear y tengo como tres fines de semana yendo... ¿y tú? -No sé porque como trabajo con el gobierno uno no sabe si lo van a poner a trabajar o no. Es una ladilla, toy harrrta de ese trabajo. Quiero que un hombre venga a rescatarme de una vez, que me lleve y me mantenga para no trabajar más nunca. ¿Dónde te bajas tú? -En Plaza Venezuela -Ah, vas a estudiar. -No, voy a trabajar. -¿Y dónde trabajas pues? -En la UCV.

Kubrick hasta Parque Carabobo. Historias de Caracas en el Metro

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Dos hombres de acento caribeño que a ratos parece cubano y a ratos cartagenero se suben en Petare y continúan la conversación que recién iniciaban mientras esperaban el tren. Foto cortesía Por Maru Morales P. El más joven, de unos 21 años, lleva un cubo de Kubrick que en el trayecto de Petare a Parque Carabobo logra armar dos veces. Un puesto se desocupa y él lo toma de inmediato. Hace una broma sobre la edad del más viejo, de unos 60 años, y se sienta. El tema de la conversa es sobre los puntos de venta callejera, las ventajas de mostrar la mercancía de una forma y lo tacaño de los proveedores de origen chino. Cuando el viejo se sienta, se pone a armar un crucigrama del periódico y entre Chacao y Plaza Venezuela logra resolver la mitad. -Es que aquí son muy individualistas, muy egoistas, muy envidiosos. No es como allá en la 76 cuando hacen la feria -recuerda el más viejo. -E' veldá, allá cuando hacen la feria, ponen todos los puestos ordenados y todos tienen visibilidad para la m

El que te conté. Historias de Caracas en el Metro

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Venía bajando las escaleras mecánicas del Metro, en la estación que queda cerca de mi casa y me llamó la atención una conversación. Por Maru Morales P. Los personajes eran dos, un jovencito de unos 16 años, flaco, alargado, moreno, ojos almendrados y nariz puntiaguda, todo él un poco huesudo; llevaba una franela azul de nylon como de un equipo de fútbol, unas bermudas más abajo de las rodillas y unos zapatos de futbolista. Llevaba un bolso terciado de medio lado donde igual podía llevar algunos libros escolares o algunos implementos deportivos. El otro personaje era un señor de unos 45 años, de cara cuadrada, moreno, quizá de joven fue alargado también, aunque ahora es más bien redondeado. Panzoncito. Ojos redondos, nariz puntiaguda. -¡Epa ¿qué haces aquí, para dónde vas? -preguntó el hombre apenas mirando a los ojos al muchacho. -Hola... Voy pa´ clases pues -respondió el jovencito con el mismo gesto de mirar sin mirar a los ojos. -Ah, hace días que no te veía. ¿Qué hiciste el fin de