El que te conté. Historias de Caracas en el Metro

Venía bajando las escaleras mecánicas del Metro, en la estación que queda cerca de mi casa y me llamó la atención una conversación.



Por Maru Morales P.

Los personajes eran dos, un jovencito de unos 16 años, flaco, alargado, moreno, ojos almendrados y nariz puntiaguda, todo él un poco huesudo; llevaba una franela azul de nylon como de un equipo de fútbol, unas bermudas más abajo de las rodillas y unos zapatos de futbolista. Llevaba un bolso terciado de medio lado donde igual podía llevar algunos libros escolares o algunos implementos deportivos. El otro personaje era un señor de unos 45 años, de cara cuadrada, moreno, quizá de joven fue alargado también, aunque ahora es más bien redondeado. Panzoncito. Ojos redondos, nariz puntiaguda.

-¡Epa ¿qué haces aquí, para dónde vas? -preguntó el hombre apenas mirando a los ojos al muchacho.
-Hola... Voy pa´ clases pues -respondió el jovencito con el mismo gesto de mirar sin mirar a los ojos.
-Ah, hace días que no te veía. ¿Qué hiciste el fin de semana? Nosotros tuvimos una fiestica allá en la casa.
-Ah...
-Sí, bautizamos a tu hermana.
-¿Sí?
-La que tiene como tu edad. Es que ella es igual que tú, se bautizó vieja (risas)
-Ah, claro... jejeje... (el muchacho de 16 años se queda mirando al hombre de 45 mientras este saca la moneda para comprar el ticket).
-Si fueras ido para la casa la fueras pasado buenísimo. Tú sabes que puedes ir cuando quieras, tú eres mi hijo.
-Jeje... sí.
-¿Tienes ticket? Si no tienes, yo te lo compro

Ya en el vagón siguieron conversando. El hombre retomó el diálogo:
-Tú sabes que con eso no hay problema. Yo con mi familia soy así y al que no le guste, pues me sabe.
-Bueno con mi familia no es tan así... por lo menos con usté bueno yo no puedo decir que lo ví. A mi mamá no le gusta y al que le conté tampoco.

-¿No? ¿Y cómo haces con el que te conté?
-Mi mamá dice que soy su hijo, que sea como sea, yo soy su hijo porque ella me tuvo y punto. De usté no se habla.

Un silencio irrumpió en la conversación, amenizado por la música de Kenny G que suena sin parar en el tramo de 3 estaciones.

-¿Y has ido a ver a tu prima? Siempre pregunta por ti. Yo voy para la casa de ella y me quedo el fin de semana bebiendo cerveza.
-No -respondió el muchacho.
-Deberías ir. Yo siempre la voy a ver y ella me deja los zapatos con descuento, ella los vende al mayor y como a 400 cada par pero a mi me los deja comprar de un par y me los vende baratos. Tú vas y no es que te los va a regalar pero te los deja baratos.
-¿Y dónde es?
-En Capitolio, lo que pasa es que si no estuviera con esta bolsa, iría contigo.
-Bueno vamos el sábado.
-Pero el sábado yo tengo que trabajar.
-Pero vamos, usté me lleva al negocio, me la presenta y yo me quedo para lo de los zapatos.
-Vamos a hacer una cosa: vamos a dejarlo para la semana que viene.

Suena una señal, se abre una puerta y me tengo que bajar.

Comentarios

  1. Maru me encantaron todas las historias del Metro te pongo el comentario aquí pero me gustaron todas, es perfecto porque te quedas sin saber parte de la historia y eso le da un toque único, tienes que imaginarte, deducir, etc

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