Vivir en un país en el que solo se trabaja dos días

¿Se imagina cómo son los trámites en un país donde el sector público solo atiende lunes y martes hasta el medio día? Una periodista venezolana le contó a Vanguardia Liberal cómo se vive en un país a media marcha por cuenta de la crisis energética.

Foto cortesía La Vanguardia Liberal

Por Maru Morales P.  | @morapin
Publicado en La Vanguardia Liberal el 16 de mayo de 2016


Rebeca Cafaro es empleada de una empresa de transporte de insumos médicos en Guarenas, una ciudad satélite en las afueras, al este de Caracas. El miércoles madrugó, salió de su casa a las 6 de la mañana y en vez de irse a su oficina allí mismo en Guarenas, tomó el bus hasta la capital. Con el pesado tráfico de esa hora, el corto viaje de 15 kilómetros le tomó dos horas. A las 8 de la mañana Rebeca está parada frente a las puertas cerradas del Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTTT) sin entender qué pasa, pues usualmente la oficina, que tramita toda la documentación relacionada con la tenencia de vehículos, inicia actividades a las 7 am.

“Vine a pagar tres multas que le pusieron a los carros de la empresa, a averiguar requisitos para un traspaso vehicular y a consultar los documentos para el cambio de características de un vehículo. Pero llego aquí y está cerrado, no hay nadie que me dé información, no hay un papel pegado en la reja que diga por qué están cerrados. Uno de los mototaxistas de la ruta que tiene la parada al lado del edificio me dijo que están cerrados por el decreto de días no laborables.

Que solo están trabajando los lunes y los martes, o sea que tengo que regresar la semana que viene. Esto es muy malo, primero porque afecta a la empresa, pues si las multas no se pagan a tiempo, pueden volver a parar el vehículo y eso le genera otra multa. Ahora hay que esperar seis días más para pagar. Creo que esta medida no es funcional para la gente”, se queja Rebeca.

La orden de Maduro

El 24 de febrero de este año, el presidente venezolano Nicolás Maduro emitió un decreto en el que ordenó a todo el sector público reducir la jornada laboral a medio día. Luego, el 8 de abril declaró como no laborales los viernes. Tres semanas después, el 26 de abril, emitió un tercer decreto en el que ordenó no trabajar los miércoles y jueves hasta el 13 de mayo; pero esta semana su gobierno prorrogó la instrucción hasta el viernes 27 de mayo.

“Esperamos que en estas dos semanas lleguen las lluvias más fuertes para recuperar nuestros embalses”, dijo el vocero del reciente anuncio, el gobernador de Aragua, Tareck El Aissami. Además, desde el primero de mayo los venezolanos adelantaron sus relojes treinta minutos.

Todas las medidas han sido adoptadas con el objetivo de ahorrar la energía que las centrales hidroeléctricas del país no son capaces de producir como consecuencia de la fuerte sequía causada por El Niño y la insuficiencia de la generación termoeléctrica.

Dichas acciones fueron el complemento de un plan nacional de racionamiento eléctrico que se oficializó el 25 de abril, pero que en realidad han venido padeciendo desde hace más de dos años todos los estados de Venezuela, excepto el Distrito Capital. Lo que persiguen, dijo Maduro, es reducir el consumo eléctrico del sector público en 30%, sin aclarar exactamente a cuánto asciende el consumo del sector público ni a cuántos megavatios equivaldría ese porcentaje.

Vivir con dos días laborales

“Yo estoy tratando de hacer el trámite para que me cancelen la última pensión que le depositaron a mi esposo, que él no pudo cobrar porque estaba hospitalizado y luego falleció. Vine el viernes al Instituto Venezolano de los Seguros Sociales que está en Macaracuay (este de Caracas) a las 10 de la mañana, pero estaba cerrado. Entonces regresé el lunes a las 11 de la mañana. Cuando me tocó mi turno ya eran las 11:30 am y las señoritas que atienden se pararon para irse. Les pedí que no me dejaran para el martes, que solo quería saber la información para el trámite, entonces me atendieron, pero ahí mismo que yo salí de la oficina, cerraron y apagaron las luces. No eran todavía las 12 del mediodía. Esto de los días no laborales es un problema para uno, yo sufro de problemas en las rodillas, me van a operar, y no puedo estar yendo y viniendo una semana y otra y otra. Es un abuso grande”, cuenta Eugenia González, de 71 años.

En Venezuela no hay cifras oficiales de casi nada. La inflación, por ejemplo, no se conoce desde hace dos años. El número de homicidios de 2016 fue un misterio hasta la semana pasada, cuando la Fiscal General Luisa Ortega soltó sin más que en el primer trimestre fueron asesinadas 4.696 personas.

Los datos de la energía eléctrica también son un misterio. En febrero, ingenieros del Grupo Ricardo Zuloaga presentaron un informe no oficial al Parlamento en el que denuncian que de los 34.280 megavatios de capacidad instalada que hay en el país entre centrales hidroeléctricas y termoeléctricas, solo se están produciendo 17.700 megavatios para atender una demanda de 18.300 megavatios.

El ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta, señaló en marzo que el consumo nacional promedio es de 15.500 megavatios diarios. Es todo lo que se sabe oficialmente. Tanto los ingenieros independientes como trabajadores del sector eléctrico han señalado de modo extraoficial que el déficit ronda los 2.000 megavatios diarios.

Mariela de Urbina llegó el miércoles a las 10:15 a.m a la sede principal del Consejo Nacional Electoral, en el centro de Caracas, con el fin de preguntar si debía consignar allí o en una oficina del Registro Civil los requisitos para desincorporar a su tío, recién fallecido, del Registro Electoral. Un funcionario de seguridad le dijo en la entrada que no podía pasar: “Ahorita está restringido el horario. Vente el lunes o el martes de ocho de la mañana a once. Tráete los documentos para acá y en recepción te indican qué hacer”. Mariela se retiró quejándose contra el gobierno.

El mismo vigilante recibió de inmediato a dos dirigentes de un sindicato. Luego de hablar con el portero contaron de qué se trataba su trámite: “Nosotros necesitamos consignar aquí las actas de constitución de la comisión electoral del sindicato, porque la ley exige que para poder hacer nuestras elecciones, tenemos que entregar esa acta al CNE que es quien nos fija la fecha. Pero nos dijeron que regresemos la semana que viene, el lunes o martes. Para nosotros es un problema, porque mientras no elijamos a la nueva dirigencia, no podemos ir a la negociación de la contratación colectiva”.

Sin luz y sin identidad

A pesar de los esfuerzos del gobierno por no racionar el servicio en Caracas, en 2014, en plena transmisión de radio y televisión realizada por Maduro desde el Palacio de Miraflores para entregar el Premio Nacional de Periodismo, se fue la luz. El apagón afectó a 18 estados del país. Un año antes, el 23 de marzo, ocurrió una situación similar durante un acto en Maracay, a 150 kilómetros al oeste de Caracas. Y se repitió en septiembre de ese año cuando el Presidente hablaba desde la sede de su despacho sobre el aumento de la producción de alimentos.

Aunque el decreto presidencial señala que no se deben suspender los servicios esenciales, todos los trámites de identidad y extranjería están afectados. Desde la obtención de la cédula de identidad y el pasaporte hasta trámites de seguridad interna, todo se gestiona en el Servicio Autónomo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime) solo lunes y martes en la mañana.

“Yo vine a renovar la cédula de identidad que la tengo vencida hace tiempo. Quiero renovarla porque firmé por el revocatorio del Presidente y si me convocan a validar mi firma, no quiero que vayan a rechazarme porque la cédula no esta vigente. Eso no está en las reglas del CNE, pero este gobierno inventa trabas. Me dicen que solo puedo venir los lunes y martes de 7 am a 11:30 am”, contó Luis Sandoval. Ahí mismo en la entrada del Saime, un mensajero de un hotel habla de la gestión que no pudo hacer: “Vine a entregar el registro semanal de huéspedes del hotel. Eso es un trámite que deben hacer todos los hoteles semanalmente, que lo establece la ley...  Me dicen que tengo que traerlo solo los lunes o martes de 7 a 1pm. Eso debe ser un caos todos los hoteles trayendo esto al mismo tiempo…”.

Futuro incierto

Para dirigentes de la oposición en Venezuela, que impulsa un referendo para revocar a Maduro, el verdadero objetivo de la reducción de la jornada laboral es alargar los lapsos legales del proceso revocatorio. “Los días no laborables están en la cuenta de Maduro para evitar el revocatorio”, dijo el gobernador de Miranda y propulsor de la propuesta, Henrique Capriles. No obstante, hasta el momento el proceso no se ha visto afectado por el recorte de la jornada.

En las oficinas de los registros civiles, donde  se presentan a los recién nacidos, se casan, se emiten constancias de residencia, se brindan asesorías legales gratuitas, entre un sinfín de diligencia, todo es un caos. Richard Sandoval, uno de los registradores del municipio Sucre en Caracas (gobernado por la oposición), confirmó que en esa oficina trabajan de lunes a viernes, pero con horarios restringidos y grupos de guardia. “De miércoles a viernes solo trabajamos mediodía.

No viene todo el personal debido al decreto de emergencia eléctrica. Como nos consideramos un servicio esencial, trabajamos, pero redujimos la jornada para cumplir con el racionamiento. Tenemos un sistema de citas electrónicas que tuvimos que reprogramar desde el 26 de abril. Es un caos. Nos genera no solo acumulación de usuarios, sino un retraso en la respuesta de los trámites”, contó Sandoval.

Muy cerca queda el Seniat (adminsitración tributaria). Allí trabajan lunes y martes en horario habitual, miércoles y jueves por turnos y los viernes no trabajan, aunque el decreto señala que el servicio de recaudación no deberá verse afectado.

La justicia no parece un servicio esencial para el gobierno de Venezuela, pues en la resolución del 26 de abril, se instruyó a todos los funcionarios no trabajar los miércoles, jueves y viernes. Aunque señala que “todos los juzgados tomarán las previsiones para que no sea suspendido el servicio de administración de justicia”, dice que los juicios y audiencias se harán solo lunes y martes. Por lo cual se trabaja prácticamente dos medios días a la semana”. El resultado: se afectan los juicios y se alargan todos los procesos.

Colegios no dictan clase los viernes

El decreto presidencial aclara que el sector educativo público y privado en sus niveles de inicial, básica y media también debe acogerse a la medida de ahorro energético, por lo cual no hay clases los días viernes. Mientras que los únicos plenamente exentos son el Instituto Nacional de Estadísticas, la Banca Pública y todos los servicios relacionados con la producción, importación, procesamiento, distribución y venta de alimentos al igual que los de salud.

Nancy Hernández, asesora de la Federación Nacional de Asociaciones de Padres y Representantes criticó duramente la medida oficial al tiempo que denunció que hasta la fecha el Ministerio de Educación no ha informado sobre la reprogramación del período académico. “Apenas nos quedan 40 días del calendario escolar, que descontando todos los viernes, se reducen a 30. En términos del cumplimiento de los objetivos implica la pérdida del tercer trimestre, por lo que los docentes se verán obligados a promediar las notas del primer y segundo trimestre y calificar el tercer trimestre sin haber dictado las materias. Esta medida estimula la deserción y el ausentismo escolar...”, explicó Hernández.

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